En mi experiencia acompañando emprendedores, he desarrollado un modelo práctico de 6 pasos que integra los elementos esenciales para fortalecer una mentalidad emprendedora extraordinaria. Este modelo parte de herramientas como la atención plena, la inteligencia emocional, la adaptabilidad, la creatividad y la gratitud —factores que he visto marcar la diferencia entre quienes se quedan a medio camino y quienes logran avanzar con claridad y resiliencia.
En el camino del emprendimiento, hay algo más importante que el producto o el plan de negocios: la mentalidad. Lo que piensas, cómo reaccionas y la forma en que te enfrentas al cambio hacen toda la diferencia.
1. Enfócate en el presente
Estar atrapado en escenarios que aún no suceden sólo genera ansiedad. Enfocarte en el presente te ayuda a tomar mejores decisiones. La atención plena es una ventaja competitiva.
2. Desarrolla inteligencia emocional
Emprender implica manejar emociones constantemente. La inteligencia emocional te permite reconocer lo que sientes, responder con claridad y motivar al equipo incluso en momentos duros.
3. Adáptate y evoluciona
El cambio es la única constante. Una mentalidad en beta permanente —abierta al aprendizaje y la mejora continua— es vital para no quedarte atrás.
4. Sé creativo, aunque no te creas creativo
La creatividad no es un don, es una práctica. Buscar nuevas soluciones, romper esquemas y conectar ideas diferentes es parte del trabajo del emprendedor.
5. Agradece y reconoce tu avance
La gratitud te mantiene con perspectiva. No todo es lo que falta por lograr; también cuenta lo que ya has conseguido.
6. Cree que puedes mejorar
Nada está escrito. La mentalidad de crecimiento te recuerda que todo se puede aprender si estás dispuesto a intentarlo una vez más.

En resumen: tu mentalidad es tu activo más poderoso. Entrénala como lo harías con cualquier otra habilidad.
Emprender es, sobre todo, un viaje hacia adentro.